En mi navegación diaria por la web, el websurfing que como tantas otras cosas logra definir tan plásticamente el inglés, me sorprede un post de Jeremiah Owyang en el que nos previene (no es para menos) sobre un curso en el que alguien pretende darte las claves para 'volver a controlar al cliente'.
La cosa es tan de 'misión imposible', pero imposible de verdad, como aquello que se suele decir de 'ponerle puertas al campo'. El punto de las relaciones entre marca y cliente no es qué hace la marca para ganarse al cliente, sino qué hace el cliente para aprobar la marca. El centro de decisión ha variado; y al cliente se le endurece el corazón gracias al poder que le otorgan los social media. O no, se le pone generoso, pero el que manda es él, como por otra parte los buenos vendedores siempre han dicho: 'el cliente siempre tiene la razón'. Y ahora más razón aún. (vía Dans)No son cambios pequeños, que nadie se equivoque, es un cambio en el modelo y no son cambios de adolescentes que charlotean en facebook son cambios del fluir de noticias y conocimiento que van a cambiar, que ya han cambiado la manera de abordar las crisis de salud pública en las que a partir de ahora tenemos que añadir un actor mas a los 3 actores tradicionales en ellas (los políticos, los técnicos y los medios de comunicación), los ciudadanos, que tienen nuevos instrumentos de participación e intervención y que los utilizan de forma efectiva.